La humanidad enfrenta una cantidad apremiante de retos
y problemas. La pobreza, la contaminación, el hambre, la falta de
abastecimiento de agua potable, la sobrepoblación, el cambio climático, la
corrupción, la violencia, nuevas enfermedades, la falta de oportunidades, el
inminente agotamiento de los recursos naturales, entre otros muchos más.
Nuestra única oportunidad de revertir el impacto tan negativo que le hemos
causado a nuestro planeta radica en crear verdadera conciencia entre todos los
seres humanos que habitan la Tierra y que por consecuencia se verán afectados
tarde o temprano por estos problemas.
Todos estamos conectados, es por eso que debe
importarnos lo que sufren y enfrentan los demás. Y una manera de adoptar una
buena actitud de responsabilidad social, radica en el ejercicio de la
participación ciudadana.
Hoy, entre otras cosas, conocí el caso de Toks. Una cadena de restaurantes con responsabilidad social.
Resulta que esta empresa se preocupa por planear,
desarrollar e implementar programas integrales que benefician a todos los
sectores involucrados con su actividad: a sus colaboradores y trabajadores, a
sus clientes, a sus proveedores y a la sociedad en general.
Toks ha adoptado proyectos de pequeños empresarios y
los ha impulsado para que se conviertan en negocios redituables y generen un
impacto en sus comunidades y en los colaboradores de los mismos. Ha buscado a
lo largo de toda la República Mexicana, productos de calidad que puedan ser
empleados en la elaboración de platillos del restaurante.
Una vez localizado el producto, se dedica a averiguar
el proceso de producción y contactar a los productores para plantear la posibilidad
de un trabajo conjunto. Si se concreta la intención, Toks se vuelve cliente y
colaborador de sus proveedores que además son personas que forman parte de
comunidades indígenas, marginadas, de escasos recursos o con algún tipo de
discapacidad.
Un caso particular de lo anterior es el de las
“Mermeladas Santa Rosa” que ya forman parte del menú y oferta en los
restaurantes Toks.
Este proyecto surgió cuando Toks descubre la calidad
de las mermeladas artesanales que producían 13 mujeres en un pequeño taller de
reducidas dimensiones. Estas mujeres ofrecían sus mermeladas en un local
igualmente pequeño y en una comunidad del Estado de Guanajuato que contaba con
muy poco atractivo turístico.
Muchos menospreciaron el trabajo y esfuerzo de estas
mujeres emprendedoras, hasta que Toks hizo una diferencia. Impulsó este
proyecto de tal forma que este negocio creció y logró hacerse de mejores
instalaciones y maquinaria pues la demanda del producto es mucho mayor ahora.
Actualmente no sólo es Toks el cliente más importante.
Además, la comunidad en donde residen estas mujeres
también se vio beneficiada con su crecimiento, pues otra de las acciones
sociales que toma Toks, consiste en hacer del conocimiento de sus clientes y
consumidores, las historias que hay detrás de los productos que se ofrecen en
sus restaurantes. La historia de estas 13 mujeres atrajo turismo a su comunidad
y benefició a la sociedad en general.
Ahora bien, hablando en particular del beneficio que
obtuvieron estas mujeres emprendedoras, no sólo debe considerarse el aspecto
económico que evidentemente mejoró muchísimo, también debe pensarse en el
paradigma que se rompió en su comunidad al ver que 13 mujeres lograron una meta
importante, con una buena idea y su esfuerzo. Pensemos en esas 13 familias que
se vieron beneficiadas directamente; actualmente todos los hijos de estas
mujeres han terminado una carrera universitaria o la están cursando. Esto sin
duda alguna amplía enormemente las expectativas de vida para estas familias y
para nuestra sociedad en general, pues son jóvenes como los hijos de estas mujeres
trabajadoras los que permitirán construir un México mejor para todos.
Imaginar el impacto tan importante que tienen los
proyectos como el de la “Mermelada Santa Rosa” me restaura la fe en que es
posible generar impactos positivos, incluso a través de las empresas, que
parecen buscar más el mejor posicionamiento y la máxima generación de
utilidades que retribuir a la sociedad lo que obtienen de ella.
Toks es un ejemplo increíble de generación de acciones
de una manera completamente integral, no se olvidan de nadie y donde colocan su
apoyo desencadenan una serie de consecuencias positivas que impactan a muchos
más de los que se involucran directamente.
Generar procesos ganar-ganar es muy importante: la
empresa Toks evidentemente se ve beneficiada al adquirir productos calidad y a
buenos precios, los productores crecen, se dan a conocer y mejoran sus
utilidades y los clientes de Toks adquieren productos únicos, así como la
posibilidad de conocer las historias, trabajo y esfuerzo detrás de lo que
consumen, lo que les permitirá ejercer una participación ciudadana consciente y
elegir aportar su compra a causas que benefician a su país. Todos ganan. Y se
genera un ciclo positivo que impulsa la mejora de sectores clave de la
sociedad.
El caso de Toks, demuestra que es posible satisfacer
las necesidades e intereses propios mientras se fomenta el desarrollo de la
comunidad que es también la fuente de satisfacción de esos intereses. Es
posible ganar sin basar esa victoria en la derrota del otro, todo es cuestión
de generar los mecanismos adecuados y creer que es posible lograrlo.