sábado, 2 de febrero de 2013

¿Sabías qué...?


“Qué fácil es perder de vista lo que no se está buscando”… Ésta es la frase que no olvidaré después de la quinta sesión del curso de Responsabilidad Social y Ciudadanía.

Cuando llegamos al salón, las indicaciones fueron ubicarnos en equipos de cuatro integrantes y participar en un concurso de preguntas sobre asuntos globales. Sorprendidos porque esta actividad tendría repercusiones sobre nuestra calificación de la materia nos mantuvimos alertas. La idea principal de la dinámica era demostrar que estábamos enterados sobre los hechos más relevantes que acontecen en el mundo. El equipo que probara saber más ganaría la contienda.

Al principio intentaba concentrarme en traer a mi mente todo lo que sé sobre cultura general y sobre datos que en algún momento del pasado leí o aprendí. Sin embargo conforme fuimos avanzando en el reto, me di cuenta de que la intención del maestro no era que demostráramos nuestros conocimientos, sino que nos diéramos cuenta de lo poco que sabemos en realidad sobre temas de vital importancia, sobre eventos y problemas que nos incluyen y nos afectan porque somos parte de la humanidad y habitamos en este planeta.

Entre los datos que más se quedaron grabados en mi mente se encuentran que:

Ø  El 80% de la energía mundial proviene de combustibles fósiles.
Ø  El 20% de la población mundial vive con 2 dólares o menos al día.
Ø  Los Estados Unidos gasta más en armamento que los 15 países que más gastan en armas a nivel mundial juntos.
Ø  Los estadounidenses aportan $30,000 millones de dólares al año para apoyar obras benéficas alrededor del mundo, pero gastan $67,000 millones de dólares al año tan sólo en sus mascotas.
Ø  1,000 millones de personas a nivel mundial viven con desnutrición crónica.
Ø  23,000 personas mueren al día en todo el mundo.

Conforme me iba enterando de más datos, me olvidaba más de la competencia y de la calificación, comencé a sentirme muy ajena a las realidades de las que hablaban las respuestas a las preguntas. Y es que siendo sinceros, ¿cuántos de nosotros estamos realmente informados de lo que pasa a nuestro alrededor?

Una extraña sensación de culpa mezclada con ignorancia se apoderó de mis pensamientos. Entendí que no es posible comprometerse a ayudar a resolver problemas de los que no sé nada o no lo suficiente y decidí entonces aprovechar al máximo la oportunidad de reflexión que esta actividad me estaba ofreciendo. No sólo puse verdadera atención a los datos que desconocía, sino que me di cuenta de que la razón por la que había muchas cosas que no sabía es porque me he preocupado sólo por mi realidad personal, por mis problemas, por lo que yo busco o necesito y esta especie de egoísmo es muy común, por lo que nos hemos desentendido de lo que aqueja a nuestro prójimo y aunque en el corto plazo sintamos que no nos afecta, tarde o temprano las consecuencias nos tocarán también de manera personal.

Así pues, decidí aportar mi interés y verdadero compromiso, salir de ese egoísmo y comenzar por enterarme de lo que pasa a mi alrededor. Ahora busco espacios para leer y escuchar las noticias, para enterarme de lo que pasa en mi estado, mi municipio y hasta en mi colonia. Me di cuenta de que siempre he dicho que quiero ser de esas personas que marcan una diferencia, pero nunca me planteé de forma realista y objetiva cómo haría para lograrlo, y aunque sigo sin saber cómo haré para aportar algo verdaderamente significativo, si sé que debo empezar por enterarme muy bien de las áreas de oportunidad que existen, de los problemas que vivimos y compartimos como humanidad que somos, de las actividades que ya se llevan a cabo, de los lugares donde mis habilidades o conocimientos podrían ser bien empleados… Siento que he encontrado un comienzo…

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