domingo, 3 de marzo de 2013

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En la última sesión del curso tuve la valiosa oportunidad de ver un documental que me preocupó y consternó profundamente y que definitivamente recomendaría ver a todo ser humano que habita en este planeta.

A lo largo del video es posible entender mejor el origen de la Tierra y cómo es que mantiene el equilibrio entre sus paisajes y los seres vivos que los habitan. Hacemos un recorrido desde el principio de los tiempos, desde el origen de la vida en nuestro planeta y todo cambia radicalmente cuando aparece el hombre.

Desarrollamos la agricultura, descubrimos el petróleo y con éste trajimos 50 años de daño acelerado a la Tierra, en estos últimos 50 años hemos destruido más que en cualquier otro momento de nuestra historia o de la de nuestro planeta.

Todo se está acelerando, el crecimiento de las poblaciones, la demanda de recursos, de alimentos, de servicios, el intercambio comercial, la explotación maderera, el gasto energético, la extinción de hábitats y especies, la producción de basura, etc.

Se han construido 3000 torres y rascacielos en Shanghái tan sólo en los últimos 20 años.

70% del agua que consume la humanidad entera se emplea en actividades agrícolas.

El auto es considerado un símbolo de progreso y bienestar. Actualmente existe una sobre población de automóviles que genera importantes emisiones de dióxido de carbono.

Desde 1990 el intercambio internacional de productos se ha multiplicado por 20.

A la fecha, ¾ partes de las zonas pesqueras del mundo están agotadas o en serio declive.

Hemos acabado con la mitad de los pantanos de nuestro planeta, sin saber que estos ecosistemas tienen una función muy importante en la purificación del agua.

La selva del Amazonas, la más grande del mundo, ha perdido 1/5 parte de su superficie debido a la tala y a la erosión.

El bosque de Borneo desapareció, fue reemplazado por cultivos de palma de aceite y de eucalipto porque estos productos son muy demandados, sin embargo las hojas del eucalipto son tóxicas y evitan que cualquier ser vivo crezca en estos plantíos.

Haití cuenta sólo con el 2% de sus bosques.

Nigeria es el primer país exportador de petróleo en África y sin embargo es uno de los más pobres del mundo.

En el mundo se invierte 12 veces más en gastos militares que en apoyar a los países en vías de desarrollo.

5000 personas mueren al día por falta de acceso a agua potable.

13 millones de hectáreas de bosque desaparecen al año.

Nuestras especies animales y vegetales están muriendo 1000 veces más rápido de lo que deberían en condiciones normales.

La mitad de la población pobre del mundo vive en países muy ricos en recursos.

La mayor parte de la riqueza de nuestro planeta está en manos del 2% de la población.

Todo lo anterior representa sólo algunos de los problemas más apremiantes que enfrentamos como humanidad y que no importando diferencias de raza, cultura, idioma o religión, deberían preocuparnos y ocuparnos, pues todos somos ciudadanos del mundo y nuestro ecosistema no conoce fronteras, donde sea que estemos, nuestras acciones tendrán repercusiones en toda la Tierra.

Honestamente, nunca imaginé que el impacto que hemos provocado en nuestro planeta fuera de semejantes dimensiones, solía pensar que eran meras exageraciones de los ecologistas o de personas pesimistas a cerca del futuro de la Tierra. Sin embargo, la verdad es que los daños son incalculables y muchos de ellos seguramente irreparables... ¿Será posible enmendar en algo las heridas que hemos provocado? ¿Existe alguna esperanza para nuestro planeta?

Según los expertos tenemos tan sólo 10 años para poder invertir el efecto que hemos provocados sobre nuestro planeta.

Sin embargo no todas las noticias son malas, porque ya hay personas involucradas en grandes y pequeños proyectos e iniciativas para poder ayudar a restaurar el equilibrio en nuestra Tierra… He visto cómo países como España, India y Dinamarca comienzan a poner enormes molinos en sus costas con la intención de aprovechar la energía eólica.
En Alemania existe un fraccionamiento donde todas las casas tienen paneles solares en el techo para abastecerse de energía con la proveniente del sol.

He visto serpientes en el mar que aprovechan la energía marítima para abastecer de eléctrica a una ciudad. La iniciativa de la creación de un banco para los pobres en Laos, la de la tala selectiva en Gabón para proteger sus bosques y la de la reforestación en Japón para recuperarlos.

¿Por qué no seguir todos estos ejemplos? Dejemos de consumir tanta energía y productos derivados del petróleo y los combustibles fósiles, es necesario dejar de excavar en el suelo y levantar la mirada al cielo. En nuestro Sol tenemos una fuente limpia y poderosa de energía que debemos aprovechar, así como en el viento, en el vapor que libera la tierra y en la fuerza del mar y que alguien me diga ¿para qué país no brilla el sol? O ¿en qué lugar del mundo no sopla el viento?

Pensando en las acciones descritas anteriormente, me decidí a contribuir a salvar mi planeta, he empezado comprometiéndome a reducir el impacto que genero, a consumir menos productos, a reciclar, reutilizar, ahorrar y optimizar el uso que hago de lo que poseo. Entiendo también que debo empezar el cambio en mi persona y llevarlo gradualmente a mi familia, mi comunidad, mi estado y mi nación. Que nadie piense que lo que hace es poco porque si todos aportamos nuestro compromiso individual entre todos podremos revertir el daño, aún podemos rescatar la maravilla que es nuestro planeta, nuestra casa… la Tierra.




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